Manuel Montalvo

Al final parece que esto va de ser feliz. La vida es una simple y curiosa sucesión de altibajos. No siempre te encuentras igual. Ni te sientes del mismo modo. Yo he conseguido llegar muy alto (tanto, que casi rocé el cielo con la punta de mis dedos). He soñado fuerte. He querido por encima de cualquier cosa. Y, sobre todo, durante una bonita temporada, logré vivir sin miedo. Pero ¿sabéis cuál es el problema de llegar tan alto? Que cuando caes, el golpe puede ser mortal. A partir de aquí os voy a contar la historia de un ganador que perdió. O de un perdedor que se alió con la suerte y ganó. Quién sabe.

He aprendido a ser paciente. A que las expectativas no condicionen mi futuro. Y que, a veces, cuando no esperas nada, sucede todo. He conseguido amar por encima de cualquier cosa. Pero queriendo tanto el corazón se vuelve más frágil. Y las cicatrices que deja el amor no dejan de doler jamás. Esta es mi vida. La historia de alguien que tuvo que perderse en la oscuridad para encontrar la luz.

A veces, uno tiene que perderse para llegar a encontrar lo que en realidad es. Me he escondido tras un montón de bienes materiales olvidando que, al final, los sentimientos son los que te hacen ser rico de verdad. Bienvenidos a un lugar en el que el dinero y el amor son sinónimos de desastre y alegría. Solo os pido una cosa: si os dejo entrar, por favor, no rompáis nada... «El amor es un temible adversario. Todos, a lo largo de nuestra vida, tendremos que enfrentarnos a él. Ganar dependerá única y exclusivamente de cómo afrontemos esa dura gesta. Yo, a pesar de ser derrotado en varias ocasiones, jamás me di por vencido y continué persiguiendo eso que, con total certeza, me haría sonreír sin un motivo aparente. Esto que tenéis delante no es una novela como tal. Es una gran batalla. Es mi lucha. Es una pelea constante entre lo que todos deseamos ser y la búsqueda del camino que nos lleve hasta la felicidad plena. Me llamo Kilian. Y, a partir de este momento, os invito a que descubráis un mundo que para mí ha sido la conclusión de demasiadas lágrimas derramadas. No tengáis miedo de adentraros en unas páginas que, sin duda alguna, os harán sentir sin remedio».

¿Alguna vez has estado enamorado?¿Has sentido el impacto de un te quiero cuando te lo dice alguien que realmente te importa? Esas dos palabras contienen más de lo que nos podemos imaginar. Por eso, no se deben decir a la ligera. Nos pueden hacer la persona más feliz del mundo o, por el contrario, rompernos por dentro con tanta violencia que nos será imposible cerrar la herida creada. Muchas veces, un amor pasado es capaz de sangrar toda la vida. Nuestra sociedad cada vez va más deprisa y muchas de las cosas esenciales se están perdiendo. Enamorarse debería ser una prioridad, no una opción; y no sólo de otra persona, sino de todo en general. Enamoraos cada día de lo que os rodea. Porque un día os levantaréis y os daréis cuenta de que vivir es suficiente motivo para decir que estáiS enamorados con toda vuestra alma. Después de recorrerme medio mundo, he descubierto que mi lugar favorito es cerca de ti.