Araceli Samudio

Gerardo tiene un sueño que le remonta a un amor del pasado y esto lo inspira para escribir su nuevo libro. Mientras tanto, su hija adolescente se enfrenta a la realidad de que sus padres no son los seres perfectos que ella había imaginado y se rebela ante lo que creía seguro.

Paula ha regresado después de muchos años, pero ella ya no se siente la misma luego de perder todo lo que ha amado y por lo que ha luchado. Sin embargo, como docente, se le cruza una chiquilla que le devuelve las ganas de seguir al depositar en ella su confianza y sus dudas con respecto a sus problemas. Lo que Paula no sabe es que esa niña es hija de su primer y gran amor, aquel con el que las cosas quedaron inconclusas tantos años atrás.

Verdades no dichas y un reencuentro inesperado, una familia y amigos nuevos, un puñado de cartas y un viejo buzón rojo, serán suficientes para cubrir con polvo de oro las grietas que dejó el pasado.

Un chico que dibuja caricaturas. Una chica que es su inspiración.

Para él, ella tiene superpoderes. Para ella, él es su gran amor.

¿Cuántas veces se puede reescribir una historia? ¿Cuántos finales puedes darle?

Sol y Tomás se conocen desde el cumpleaños número ocho de Sol y ese mismo día hicieron su primer trato: ser los mejores amigos del mundo. Después de aquello, hicieron unos cuantos más, incluso uno que fue el último, justo cuando sus vidas tomarían distintos rumbos y en medio de una tregua para despedirse: si dentro de unos años estaban solos aún, se juntarían y se casarían. Era un trato estúpido, pero para ambos fue una tabla de salvación en aquel momento en el que la vida les parecía demasiado complicada.

Ahora Sol ha perdido a su madre, y en medio de la soledad y el dolor que supone el duelo, no puede dejar de pensar en aquel chico que robó su corazón. Y es que la muerte siempre te enfrenta a la vida. Sol y Tomás llevan años sin verse y ambos tienen muchas cosas que solucionar, tanto juntos como por separado. Lo que Sol no sabe es que Tomás tiene una misión que le ha encargado su madre antes de morir, y que los ayudará a transitar el camino de la redención y del descubrimiento personal.

Seis meses, seis cartas y seis tareas que deben cumplir juntos antes de tomar una decisión.

Miguelito vivía en el campo y era un niño feliz. Su madre trabajaba en Buenos Aires mientras él crecía bajo el cuidado de su abuela, quien lo preparaba con amor para ser un chico obediente, responsable y honrado.

Entonces la mujer falleció y la vida de Miguelito cambió. Tuvo que trasladarse con una tía a Asunción, donde la pobreza y el abandono lo envolvieron en sus redes amenazando con opacar la bondad de su alma. Miguel era inocente y soñador, cualidades mal vistas en la gente de escasos recursos, y su vida no fue fácil, pero nada de lo que vale la pena lo es.

Con coraje y las palabras de su abuela en su mente a cada instante, Miguel nunca dejó de soñar. Trabajó arduamente por salir adelante y construyó su futuro con ahínco, día tras día, escalón tras escalón. No solo logró sortear los obstáculos que la vida y el entorno se empeñaron en ponerle, sino que también, se ganó a esa chica... aquella que parecía intocable, inalcanzable, ajena a su mundo, pero que siempre había sido parte de él.

Oriana Iglesias es una actriz renombrada de gran trayectoria, pero no está en su mejor momento. Su última película no ha salido bien y, por si eso fuera poco, está atravesando una ruptura tempestuosa.

Ramiro Colombo es un actor de teatro que acaba de incursionar en el cine, le ha ido bien en un papel secundario por su talento, su juventud y esa carita de niño bueno que conquista a las fanáticas.

Los dos serán llamados para protagonizar la adaptación cinematográfica de un libro de romance con tintas de comedia y erotismo. Oriana no conoce a Ramiro, pero él sigue su carrera y la idolatra desde que era un niño.

Ramiro y Oriana descubrirán que las escenas de ficción pueden ocultar una realidad que ambos intuyen y ninguno quiere admitir. Y con el correr del tiempo aprenderán que hay decisiones que no se pueden postergar porque la vida no es una película.

Sofía tiene un don heredado de su abuela: puede ver a los espíritus de las personas fallecidas y comunicarse con ellos. Es médium, pero odia serlo, por lo que ha ignorado esa parte de tu vida y finge vivir una vida normal.

Agustín está en un sitio y en un estado que no comprende, además, un desconocido le ha dado un reloj extraño. Tiene el tiempo contado antes de desaparecer, o eso es lo que él cree. Su única salida es encontrar a Sofía y convencerla de que lo ayude a cruzar, pero ella no lo quiere ayudar.

Sofía ve a Agustín, pero no lo puede tocar, Agustín ve a Sofía, pero no la puede tocar.

Hay momentos en la vida en los que tenemos que tomar decisiones importantes, esos momentos marcarán el futuro de nuestra existencia y delimitarán el camino que seguiremos. Son puntos de inflexión a partir de los cuales no hay vuelta atrás, a partir de los cuales la opción solo es el cambio. Camelia ha estado allí muchas veces a lo largo de su vida, pero se las ha ingeniado para mantenerse estable en medio mismo de los cambios, suspendida sobre una gran tristeza, aun cuando ese estado implicara sacrificar su propia felicidad.

Vicky está atrapada en sus recuerdos, no puede superar la muerte de su hermano ni el abandono de su novio. Se siente frustrada y ahogada en una sensación de vacío que no sabe cómo llenar.

Su vida no ha sido sencilla, ha pasado la adolescencia sumida en la adicción a las drogas. Con veintitrés años, luego de un intento de suicidio y todavía internada en una clínica de rehabilitación, intenta juntar sus piezas y reinventarse antes de regresar al mundo real.

Alexandre es un joven brasilero con mucho carisma, trabaja como voluntario en el centro de rehabilitación e intenta infundir a los internos sus ganas de superación y su fe. A Vicky no le cae nada bien, le parece hipócrita y engreído, además del hecho de que ella no cree en nada, pero su amiga le insistirá tanto para que la acompañe a sus charlas, que terminará por ir, aunque al principio no pondrá nada de sí.

Saskia tiene catorce años y una horrible experiencia ha hecho tambalear su vida. Desde siempre ha escuchado sobre el grooming y sus peligros, pero nunca pensó que ella podría convertirse en una víctima.

Llena de miedo y vergüenza, sin saber qué hacer, a quién recurrir y sin poder deshacerse de la culpa, toma una decisión que cree es la única salida: el suicidio. Sin embargo, las cosas no salen como esperaba.

Su cuerpo permanece inerte en un hospital, mientras su alma viaja a un sitio que no conoce. El Umbral, un lugar entre la vida y la muerte donde será parte de un grupo de adolescentes, que como ella, han intentado acabar con su vida, pero que por algún motivo, han sido escogidos para obtener una segunda oportunidad. Ahora ella tendrá que aprender muchas cosas mientras lidia con el dolor de revivir su vida y su muerte.

Frieda y Adler se conocen desde que nacieron, sus padres son mejores amigos y los han criado como si fueran primos, Ellos se detestan desde su más tierna infancia. Por suerte, un océano los separó casi toda la vida y solo debían convivir durante las vacaciones.

Ella siempre fue una chica ruda, de carácter fuerte e ideas poco convencionales; él siempre fue un chico educado, dulce y responsable, aunque ella lograra sacar su peor versión. Entre travesuras, peleas infantiles y castigos recurrentes, atravesaban los meses en los que se veían obligados a convivir, pero que por suerte acababan con el final de las vacaciones.

Sin embargo, ahora las cosas serán diferentes, Adler estudiará en el país de Frieda y, por supuesto, vivirá en su casa. Su relación, siempre tan explosiva, sumada al despertar característico de la adolescencia, los llevará a descubrir nuevas emociones y sentimientos que los pondrán entre la espada y la pared.

Azul tiene una forma muy especial de ver la vida, a ella le encanta encontrar el lado bueno de las cosas incluso cuando estas parecen no tenerlo. Su vida es sencilla, es profesora de danza y en sus ratos libres da clases a los ancianos de un hogar. De allí conoce a Felicita, una mujer con quien comparte su tiempo y a quien considera una amiga.

Felipe no se repone de un corazón roto que lo ha llevado a cruzar el océano para esconderse. Sin embargo, ha decidido regresar y visitar a Felicita, una persona a la que admira y quiere como si fuera su abuela. Así conoce a Azul.

Felicita ha tenido un sueño, el amor de su vida al que no ve hace muchos años le pide que lo busque con urgencia, el tiempo se le acaba. Ella aprovecha la visita de Felipe para pedirle que, junto a Azul, la ayuden en su búsqueda.

Azul y Felipe perseguirán los sueños de Felicita y buscarán concretar una promesa realizada en el pasado. Mientras reviven una historia de amor sepultada por los años, descubrirán que los une mucho más de lo que los separa y, por el camino, escribirán su propia historia: una sobre el amor, la esperanza, las oportunidades y la felicidad.

Luciano Armele es el modelo más importante de la Agencia Elite, pero tiene a una gran enemiga que intenta por todos los medios hundirlo y acabar con su reputación, una mujer sin escrúpulos que es capaz de hacer cualquier cosa por conseguir sus objetivos.

Ante esta nueva amenaza, Luciano decide contactar a Gerardo, el encargado de redes sociales de la agencia, para que lo ayude a contraatacar a su enemiga. Él tiene una gran idea y para llevarla a cabo solo necesita dinero, una mujer de confianza que esté dispuesta a ayudarlo y muchos seguidores en Instagram.

Su proyecto «La pareja perfecta» buscará crear una realidad en la que Luciano y Milena envolverán a sus seguidores en una historia de romance y felicidad que no es más que una farsa bien orquestada. El proyecto debe durar solo un año y Gerardo lo tiene todo planeado.

Dicen que nada sucede por casualidad, que cada persona llega a nuestra vida con un objetivo y nos trae un aprendizaje. Están quienes se quedan por mucho tiempo a nuestro lado y quienes se van pronto para seguir con su propio camino. Lo cierto es que todos dejan una huella que, en ocasiones, puede ser imborrable. Cuando esa clase de personas ya no están, el vacío se hace inmenso y seguir resulta doloroso.

Rafael lo ha entregado todo por amor. Lo único que le queda es el vacío que deja la ausencia de alguien a quien amó con todas sus fuerzas; los recuerdos, que algunas veces reconfortan, pero que también duelen; las preguntas sin respuestas y los sentimientos contradictorios a los que se ve enfrentado tras el abandono.

Quizá, si se hubieran encontrado en otros tiempos. Quizá, si Rafael no se hubiera entregado tanto. Quizá, si Carolina hubiera abierto los ojos a tiempo. Quizá, si su falta de autoestima no la hubiese destruido. Quizá, si el amor hubiera vencido al egoísmo. Quizá, y solo quizá, la historia hubiera sido diferente.

Dicen que somos resultado de nuestras experiencias, aunque a veces esas experiencias no son las mejores. La vida puede poner muchas dificultades en el camino, situaciones capaces de cambiar nuestra perspectiva acerca de todo lo que consideramos certero. Carolina Altamirano tuvo que enfrentarse a una vida llena de vacíos, a una vida de soledad, de abandono y de maltrato. Ella encontró la forma de salir adelante, aunque no siempre sus elecciones fueron las correctas. Su historia, cargada de conflictos, la llevó a cometer grandes errores y a tomar pésimas decisiones, aun cuando pensó estar haciendo lo correcto.

A Carolina siempre le tocó perder, pero cuando creyó que ya no había salidas la vida le dio una revancha que ella supo apreciar. Entonces, en búsqueda del perdón, descubrió que, a veces, las oportunidades llegan disfrazadas de situaciones que no nos agradan, que la vida es una escuela en la que aprendemos a base de prueba y error.

Dicen que somos resultado de nuestras experiencias, aunque a veces esas experiencias no son las mejores. La vida puede poner muchas dificultades en el camino, situaciones capaces de cambiar nuestra perspectiva acerca de todo lo que consideramos certero. Carolina Altamirano tuvo que enfrentarse a una vida llena de vacíos, a una vida de soledad, de abandono y de maltrato. Ella encontró la forma de salir adelante, aunque no siempre sus elecciones fueron las correctas. Su historia, cargada de conflictos, la llevó a cometer grandes errores y a tomar pésimas decisiones, aun cuando pensó estar haciendo lo correcto.

A Carolina siempre le tocó perder, pero cuando creyó que ya no había salidas la vida le dio una revancha que ella supo apreciar. Entonces, en búsqueda del perdón, descubrió que, a veces, las oportunidades llegan disfrazadas de situaciones que no nos agradan, que la vida es una escuela en la que aprendemos a base de prueba y error.