Verónica Mengual
Autora española dedicada a la novela romántica. Tras devorar cientos de novelas decidió que era hora de maquinar situaciones y tratar de divertir a otras lectoras como ella. Es una auténtica fanática del romance histórico. Algunos de sus libros a continuación.

No quiero, lord Harding
Lord Harding ha tenido la suficiente paciencia como para tolerar varios rechazos. Cada vez que marca a una dama como un posible objetivo… ¡zas!, se esfuma.
Dado que su obligación es dar un heredero al título, y puesto que para lograrlo no es necesario que su esposa le agrade en absoluto, tiene una solución perfecta a su problema. Para que no le vuelvan a robar una prometida, se centrará en la dama más improbable para convertirse en su condesa. Al fin y al cabo los caballeros no miran a las viejas solteronas y ellas siguen siendo fértiles después de pasados los veintitantos ¿no?
El conde de Harding pronto va a comprobar que incluso seducir a una mujer poco agraciada e inadecuada tampoco resultará una tarea fácil. Aunque en honor a la verdad, la futura lady Harding acabará dándose cuenta de que la voluntad de un hombre resulta inquebrantable cuando ha tomado su decisión.

Sanando a un canalla
Todo el mundo en Londres susurra sobre que el señor Pherson mató a su esposa. Poco le importa. El conocido como Knife es un hijo de la noche, un hombre ruin que aprendió el valor de la lealtad más tarde que pronto.
No precisa tener a una mujer a su lado, solo alguna que lo calme de vez en cuando. Un par de horas y luego las despacha sin compasión. Todas son traicioneras y ladinas, el jefe del club el Jardín de las Delicias no ha llegado a la cúspide sin sacrificar su humanidad y está orgulloso de haberlo logrado. Tiene el mundo a sus pies y es así porque Knife solo entiende de violencia y oscuridad.
Criado en las peligrosas calles de Saint Giles, nunca ha tenido cerca la bondad o la ternura, no conoce la generosidad o la luz. ¡Dios lo salve de verse alguna vez tentado por un ángel amoroso! Prefiere enfrentarse a Lucifer antes que a una dama cargada de misericordia que luche para salvar su condenada alma. Y esa que ha aparecido de repente en su vida, toda llena de ilusión, esperanza, sonrisas y esas otras vomitivas tonterías, es más peligrosa que una que se presente ante él empuñando un arma. Se mantendrá apartado y todo irá bien. Además, si ella se empeña en seguir irritándolo, conocerá a la bestia y huirá despavorida.

Corrompiendo a un lord
Ha habido una lamentable confusión y la conclusión es muy clara. Bueno, más de una complicación, aunque, la conclusión es la misma... Lord Haven no debió inmiscuirse en un juego tan peligroso, pero ¿qué opciones tenía cuando la tentación se le presentaba tan bien dispuesta sobre sábanas de seda?
El marqués, conocido como Beau por su círculo más íntimo, sabe que su nombre no es más que un engaño porque ilustra todo lo contrario a la belleza. Cada vez que se ve reflejado en un espejo observa la evidencia de una enfermedad a la que sobrevivió y que lo dejó sentenciado para toda la vida. Las marcas de viruela que adornan su cuerpo resultan muy evidentes en su rostro, de tal modo que se le ocurrió la brillante idea de comenzar a utilizar llamativas prendas de ropa que desviasen la atención hacia otra parte. El resultado tal vez no fuese el esperado, aunque la idea parece haber funcionado. Mejor que la sociedad hable de su estridente sentido de la moda que de su maltrecho físico.
No obstante, cuando la luz de las velas se extingue, en la más deliciosa oscuridad, un caballero es solo un hombre y una dama se convierte únicamente en una mujer. Y pese a nublar el sentido de la vista, su amante podría deslizar sus dedos por su piel y percibiría sus imperfecciones. Sin embargo, está decidido a darle tanto placer que ella se concentrará en sí misma y se olvidará del resto del mundo, incluyendo a su compañero de cama.

Seduciendo a un caballero
Greyson Amery es un hombre curtido, nacido en los bajos fondos de Londres, con un acento cockney que sale a la luz cuando la ira lo invade con fuerza. Ha prosperado, tanto como para comprarse el título de conde de Holbrook, aunque sus orígenes siempre estarán ahí por mucho que se codee con lo más selecto de la sociedad.
Sabe lo que es estar verdaderamente enamorado. También lo que se siente cuando se está encaprichado, por lo que las desilusiones no deberían afectarle ya. Con un corazón roto, aunque endurecido, el nuevo lord Holbrook está considerando la idea de casarse, y se cuidará mucho de no volver a sentir la ilusión palpitando con fuerza en su interior.
Tiene alma de cazador y no le gusta que le sirvan a su presa en bandeja de plata, pero cuando escucha a esa dama pedir una aventura excitante… ¡Nadie más tiene derecho a poseer lo que a él se le debe! Y sin embargo, ese pensamiento entra en choque directo con una honradez caballeresca que no creía haber desarrollado, porque ella le está prohibida por una poderosa razón. Ceder a sus deseos más pecaminosos es un error, no debe dejarse seducir e iniciar un cortejo apropiado sería todavía peor…

Cómo volver a confiar
Cuando John Anthony Hope, actual marqués de Wild, echa la mirada hacia el pasado siente desolación. Le falló miserablemente al amor de su vida. No logra olvidar a la única mujer en la que debería haber confiado, de tal modo que cuando su padre, el duque de Bridgewater, insista en que es hora de casarse…
El destino, o mejor dicho, su entrometida hermana está dispuesta a echarle una mano para que logre la felicidad, pero el enredo en el que pronto se meterá, junto con la mancha que lleva su reputación por un escándalo que lo señala como sospechoso de asesinato, lo pondrán a prueba.
Wild tendrá que tomar la decisión más importante de su vida, porque volver a confiar no será nada fácil para este caballero que no se considera digno de ser amado y amar.

A un suspiro de ti
Althea Marriott es una mujer noble a la que verdaderamente pocos conocen, y a sus treinta y dos años se enfrenta a la muerte. No se trata de ninguna enfermedad o un asunto que le produzca una tristeza inmensa como para hacerla morir de pena. En absoluto. Es algo más complicado que eso, porque alguien la quiere ver enterrada bajo tierra.
Su mayor secreto puede haber salido a la luz, lo que implicaría haber molestado a algunos hombres que consideran que las damas no merecen disfrutar de los privilegios que únicamente les están destinados a ellos.
Más que nunca, Althea necesita a un aliado, a alguien que entienda de enemigos y que la ayude a averiguar la identidad del villano. Él es el único en quien puede confiar, el problema es que años atrás no lo valoró lo suficiente y tal vez la mande a paseo cuando le pida su ayuda, especialmente porque a ese apuesto duque lo dejaron plantado en el altar.

A un beso de ti
James Salsbury, duque de Rothgar, pretende casarse. No es la primera vez que piensa en el matrimonio y no aspira a que sea un acto obligatorio, es decir, solo por el sencillo hecho de procrear y traer al mundo a su heredero. ¡No! Tiene que ser mucho más. ¡Ha de serlo!
Desea que su unión sea por amor y por ello necesita encontrar a una dama que le haga suspirar embelesado. Ella tiene que ser diferente. Debe tolerar sus fuertes apetitos carnales, pues está decidido a serle fiel hasta que la muerte llame a su puerta, porque cuando empeña su palabra lo hace hasta el final. Eso es lo que distingue a un duque de los demás simples mortales.
La seducción es muy fácil de practicar, pero el amor lo rehúye como si fuese aceite vertido en el agua. Imposible mezclar ambos elementos. Imposible encontrar a la mujer de sus sueños. ¿Por qué tiene que ser tan complicado enamorarse? Hay quien sostiene que con solo un beso la chispa prende. Parece una cosa del todo sencilla. Besar, y casarse. Y sin embargo no lo es en absoluto.

A una caricia de ti
Morgan Pusset está viviendo en el paraíso. Tiene libertad y está al mando de lo que ella considera un imperio algo caótico, un poco secreto y muy estimulante.
Hace un par de años aceptó asumir la posición de una persona a la que admira y quiere, por lo que después de que su amiga y patrona, Althea, le ceda de forma permanente el honor de convertirse en la Duquesa Infame, la señorita Pusset quiere imprimir su propio sello a la nueva aventura que se le presenta. Ha cambiado su atuendo rojo por el verde, aunque la pasión es ardiente, ella prefiere usar el color de la esperanza, pues es lo que cree que todo el mundo necesita.
No obstante, el pasado nunca se queda atrás ni permite el olvido, por lo que cuando un viejo enemigo se presente para pedirle la revancha, Morgan acudirá al único hombre que jamás le ha fallado. Su vida dependerá en buena parte de que su protector, Brendan Sallow, vuelva a rescatarla.

A un abrazo de ti
Helmer Culpepper es el déspota duque de Hardcastle. Ese es el adjetivo más significativo que su hermana pequeña usaría para referirse a él. El noble de alta alcurnia tiene un insignificante y vergonzoso secreto que lo incomoda muchísimo. No son marcas de viruela en el rostro o en cualquier otro lugar como tiene un amigo suyo, eso sería más fácil de sobrellevar. Tampoco tiene que ver con su entrometida hermana, lady Venus, aunque ella es molesta hasta decir basta. Es algo más serio que le impide llevar una vida normal.
Comprende que debe casarse, pues el título lo exige. Desde que escuchó a Venus hablar con la casamentera más famosa de todo Londres, no solo por sus habilidades para unir matrimonios estables, sino porque esa Duquesa Infame es un escándalo andante, Hardcastle sabía que se encontraba en un gran y serio aprieto. Venus es obstinada y suele salirse con la suya con facilidad...
Viudas y solteronas, la especialidad de la Duquesa Infame, están fuera del camino de Helmer. Descartadas. Así que tiene que convencer a Venus de que lo deje ir a su aire y confíe en que sea capaz de encontrar en Almack’s a una esposa decente, a alguien que no se ría de él cuando descubra su problema. Una muchacha insegura e inexperta, recién salida del nido, le parece la mejor opción, la más segura.

A un tormento de ti
A lady Venus Culpepper le gusta adaptar la realidad a su propia conveniencia. No es ninguna mentirosa, lo que sucede es que las circunstancias la obligan a decir una cosa u otra en favor de sus propios intereses. Ella, por sí sola, constituye las dos caras de una misma moneda.
Durante la mayor parte del tiempo es la correcta hermana de un duque importante que al fin está asentado y es feliz. De hecho, en estos momentos en los que Hardcastle no la tiene atada en corto, Venus puede moverse con mayor facilidad por las peligrosas calles de Londres. Sus aventuras nocturnas no son ningún juego, sino asuntos serios que merecen toda su atención. Está inmersa en una gran misión de rescate en un barrio muy peculiar y peligroso donde las féminas tienen mucho que decir, y esa gran interferencia que se interpone en su camino no va a ser más que un enorme tormento que está decidida a esquivar con facilidad.
Ella es hábil, una insensata que habla demasiado, extremadamente temeraria y, en definitiva, podría decirse que es un problema con patas. Su contraparte es duro, está forjado en el dolor, no cree en el honor y le gusta ser un villano, aunque tiene alma de campeón y está dispuesto a participar en una justa donde la dama será su mayor rival y, a la vez, el premio que desea lograr.

Lady Lena y el amor
Lady Lena Badel sueña con un hombre que hace que sus rodillas tiemblen. Está dispuesta a conquistarlo al precio que sea, así que idea un plan de seducción un tanto arriesgado. Y todo iba relativamente bien… hasta que se ve inmersa en un tremendo lío que la une a otra persona.
Él, a quien no esperaba, es un noble con una enorme cicatriz en el rostro, de ojos grises, anchos hombros y muchísima seguridad. Un matrimonio arreglado parece la mejor solución ante el gran enredo, pero lo que ninguno de los dos sospecha es que los silencios y los malos entendidos podrían acabar convirtiéndolos en enemigos del amor.
Las circunstancias son complicadas, tanto que peligra el presente y futuro de una pareja que deberá luchar por su felicidad si no quiere terminar en la más absoluta desdicha.

El duque y la maldición
Una simple señorita y un duque… ¡El drama está servido!
La señorita Emma Harrelson, como hija de un importante diplomático, ha conocido buena parte del mundo y ha disfrutado de muchas aventuras. La muerte de su progenitor la lleva, junto con su madre, hasta el rígido e intolerante Londres. Decidida a imponer sus propias reglas, terminará en los brazos del único hombre que no está dispuesto a transgredir las normas.
Oliver Worth, el duque de Ashton, no quiere tener nada que ver con esa impulsiva señorita Harrelson, aunque sin saber muy bien cómo, el frío noble se encontrará disfrutando de una apasionada mujer que amenaza con desestabilizar su ordenado mundo ducal.

Lady Susan y el error
La hija de los condes de Somerset, lady Susan, tan solo conoce el afecto a través de la sana amistad que le ofrecen lady Amelia y su hermano el duque de Ashton. Sin embargo, la llama de la pasión prende con fuerza e inconmensurable cuando el señor Leonel Jones, el administrador del duque, se presenta ante ella justamente para echarla de la casa de su amiga.
El descarado señor Jones, quien se asemeja a un gladiador romano, quedará tan impactado por la belleza de la joven, que por más que sepa que no debe ni mirarla, se verá postrado a sus pies y subyugado por la devoción que le inspirará.
No obstante, el tiempo del amor es efímero y se abrirá entre ambos una brecha de tal magnitud que los separará, sumiéndolos en una desesperación que parecerá eterna.

El conde y la equivocación
Hay cosas que se saben desde bien joven.
El conde de Sunrey, Marcus Random, tuvo claro que se casaría con ella o no lo haría jamás. ¡Y eso que solo era un niño cuando tomó la decisión! Y pese a considerar a lady Eleanor suya, no se privó de martirizarla en su infancia, hasta el punto de que aquel muchacho hizo enfadar al padre de la que él quería para sí y propició un alejamiento entre las familias de ambos.
Pero el tiempo siempre corre hacia adelante y al fin la tiene frente a él. Está a un paso de lograr lo quiso, pero una terrible equivocación pondrá la vida de ambos patas arriba. Y es que el futuro tiene muchas sorpresas, algunas desagradables.

La duquesa y el acierto
Los duques de Stone tienen mucho que contar, porque no todo fue bonanza amorosa.
Cailleach. Bruja en gaélico. Esa es la mejor palabra que define a la duquesa de Stone, la anteriormente conocida como Lisa Summer, la heroína que demostrará de lo que es capaz una mujer.
Duro. Bruto. Arrogante. Esos tres calificativos son los más utilizados para referirse a Tom Random, quien antaño fuese marqués de Rawn y llegase a ser el duque de Stone.
¿Pero cómo consiguieron los duques construir su amor y la familia de la que gozan? A través de un camino tortuoso, lleno de baches, que los condujo hasta la Mansión de la Perversión, un lugar donde comenzaron los errores y equivocaciones, y que a su vez dieron paso al acierto de una mujer que cree firmemente en el credo de las hijas de Natura: Nada sucede en vano, todo tiene su motivo.
Autores
- Abril Camino
- Alice Kellen
- Ana Álvarez
- Ana Coello
- Ann Rodd
- Anny Peterson
- Araceli Samudio
- Ariana Godoy
- Cassandra Clare
- Catherine Brook
- Cherry Chic
- Darlis Stefany
- Eleanor Rigby
- Elena García
- Elísabet Benavent
- Eva Benavidez
- Hilda Rojas Correa
- Inma Rubiales
- Iris Boo
- Isabel Keats
- Javier Castillo
- Jodi Ellen Malpas
- Jojo Moyes
- Juan Gómez-Jurado
- Julia Quinn
- Laura A. Lopez
- Lisa Kleypas
- Manuel Montalvo
- Marión Marquez
- Megan Maxwell
- Mercedes Ron
- Noe Casado
- Noelia Amarillo
- Nora Roberts
- Phavy Prieto
- Raine Miller
- Sam León
- Series/Sagas libros
- Sylvia Day
- Tess Curtis
- Vanny Ferrufino
- Verónica Mengual
- Virginia Camacho
- Zelá Brambillé