Una pupila inesperada: Serie Inesperada 1:
La familia Robinson no atraviesa sus mejores momentos. Con un hermano desaparecido y la fortuna
dilapidada, las cuatro hermanas se enfrentarán a un futuro incierto que las hará echar mano de ingenio y
ocurrencias para no terminar desamparadas. Pese a que la señorita Megan Robinson no es la mayor, siente
que es su obligación dar estabilidad al resto, y es por ello por lo que acude decidida a Londres para que
el tutor de ellas, el duque de Dash, tome en sus manos sus responsabilidades.
Lord Dash, Ambrose Hume, conocido como «León Dash», es un hombre muy serio y rígido, tal vez demasiado...
Una prometida inesperada: Serie Inesperada 2:
Tras la tragedia y situación que enfrenta la familia, Kalsie Robinson, por ser la mayor, toma el mando de
la casa, y se dedica a cuidar y velar por sus hermanas, en especial de las gemelas, que suelen ser muy
problemáticas.
Contra su voluntad, se ve forzada a trasladarse a vivir a Londres con su tutor, el duque de Dash, y por
azares del destino se reencuentra con el caballero que robó su corazón en su primera temporada. Pero
Kalsie no desea tener nada que ver con ese hombre, cosa imposible puesto que parecer ser el mejor amigo de
su tutor
Una candidata inesperada: Serie Inesperada 3:
Después de la tormenta suele llegar la calma. Eso es lo que las gemelas Robinson han oído siempre en boca
de sus hermanas mayores. Y no debe ser verdad, porque la desgracia de la que se salvaron las cuatro, tras
la muerte de sus padres y la desaparición de su hermano mayor, sí fue como una terrible tempestad, pero la
calma nunca llegó.
Delila Robinson es demasiado temperamental. Su gemela, Blair, es mucho peor que ella y, por eso...
Una pretendienta inesperada: Serie Inesperada 4:
Si había algo que más amara Blair Robinson y por quienes estaba dispuesta a dar la vida, eran sus
hermanas, en especial por su gemela Delila.
Cuando su hermana gemela le pidió que se hiciera pasar por ella, para deshacerse de un molesto
pretendiente, Blair no dudó en aceptar. Para ella no era ningún inconveniente, al contrario, tenía la
certeza de que disfrutaría mortificando al pobre hombre. Sin embargo...
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